27.2.07

Tiempos Olvidados (y V): Exploradores

2 comentarios

Para terminar con esta edición, he pedido ayuda a un colaborador muy especial que, a pesar de estar ocupadísimo con sus proyectos, ha sacado algo de tiempo para este post. Con todos ustedes, el Dr. Forfynstone Supongo.


Aprovechando que estamos con la temática de aventuras e imperios perdidos, asomo la cabeza por aquí para recomendaros esto:



Exploradores es un juego de cartas en el que deberemos llevar a cabo distintas exploraciones y acumular más puntos que nuestro rival para ganar la partida.

El set que nos encontramos al abrir la caja incluye un tablero y 80 cartas con un diseño excelente. Las reglas además son muy sencillas y están muy bien explicadas, por lo que nos os costará ni 5 minutos poneros con las manos en la masa.



El juego consiste, como digo, en llevar a cabo exploraciones (hasta un máximo de 5), que se hacen encadenando cartas de la misma exploración en orden númerico ascendente (3, 6, 8, etc). Podemos empezar nuestra exploración situando cualquier carta que tengamos sobre su sitio correspondiente en el tablero, y tendremos unas cartas de financiación (más escasas que el resto) para potenciar nuestra odisea.

Las primeras partidas pueden ser un poco decepcionantes puesto que las reglas son tan sencillas que os parecerá que estáis jugando a una revisión de la Escalera o el Cinquillo. Pero es una impresión erronea puesto que una vez que os hagáis con el juego, éste tiene más estrategia de la que parece. De hecho los juegos de su creador (Reinier Knizia) se caracterizan por permitir un amplio margen de actuación con unas reglas muy sencillas. Aquí el factor estratégico viene por partida doble: controlando los turnos que quedan para acabar la partida y administrando como mejor podamos las cartas de financión.



Quizá sea un poco caro (25€) para lo que ofrece pero es una de las mejores opciones si estás buscando un juego sencillo y que sea para dos personas, porque generalmente cualquier juego de tablero suele ser para 3 o más e incluso los que permiten un mínimo de 2 jugadores se resienten si no participa más gente.

Es bastante fácil de conseguir en cualquier juguetería especializada (Poly) y puede provocar piques antológicos. Avisados estáis! Y un consejo: a veces es mejor no empezar una exploración que encargársela a un equipo de aventureros cojos y achacosos..

7.2.07

Tiempos Olvidados (IV): el Peso

14 comentarios

Pobre tortuga gigante. Sí, yo también sigo pensando en ella. Y como homenaje, porque no hay mucha gente que se preocupe por ella hoy en día, he decidido hacer una edición especial del Ciclo de Lecturas.

Como te comentaba, la concepción hindú del mundo me resultaba familiar (y ESO no lo puedes confundir con algo que has soñado... o bueno, quizá sí... entonces serías una especie de semidiós hindú... ¡vaya, qué suerte! ¡te reencarnarías en vaca! :D). A lo que voy. Esta idea fue recuperada como escenario de una de las más estrafalarias sagas de la literatura de ciencia ficción actual. Y no hablo de dos o tres libritos sueltos, no. Con que le eches un vistazo a la guía de lectura que un amable lector ha tenido a bien elaborar, te darás cuenta de a qué me refiero.

Para saber más de este mundo tan deliciosamente extraño, te recomiendo que te des una vuelta por la misma Concha del Gran A'Tuin. La única forma de saber qué se le pasa por la cabeza a una tortuga cósmica es preguntándoselo tú mismo.

¿O no?



La Gran Tortuga A'Tuin se acerca, nadando lentamente por el golfo interestelar, con los pesados miembros llenos de hidrógeno congelado, la enorme y viejísima concha llena de cráteres de meteoros. Con unos ojos del tamaño de mares, encostrados de lágrimas reumáticas y polvo de asteroides, Él contempla fijamente el Destino.

En una mente más grande que una ciudad, con lentitud geológica, Él piensa sólo en el Peso.

Por supuesto, la mayor parte del peso se debe a Berilia, Tubul, Gran T'Phon y Jerakeen, los cuatro elefantes gigantes sobre cuyos lomos y amplios hombros bronceados por las estrellas descansa el disco del mundo, enguirnaldado por una enorme catarata a lo largo de toda su circunferencia, y cubierto por la bóveda azul pálido del cielo.

Hasta ahora, la astropsicología no ha sido capaz de averiguar en qué van pensando.

[...]

Existía la teoría de que A'Tuin venía de la nada y seguiría arrastrándose a velocidad regular, con Paso Uniforme, hacia la nada, durante el resto de los tiempos. La mayoría de los intelectuales apoyaban esta teoría.

Una alternativa, sostenida sobre todo por los más religiosos, era que A'Tuin se arrastraba desde el Lugar de Nacimiento hacia el Momento de la Cópula, al igual que todas las estrellas del cielo que, evidentemente, también viajaban a lomos de tortugas gigantes. Cuando llegaran, copularían breve y apasionadamente por primera y única vez, y de tan ardiente unión nacerían nuevas tortugas que transportarían nuevos mundos. Se conocía esta hipótesis como Teoría del Big Bang.

"El color de la magia", Terry Pratchett

5.2.07

Tiempos Olvidados (III): Tal como lo conocemos

7 comentarios


Ya no hay lugar para los mitos. Y uno de los más importantes, como es la descripción del mundo en el que vivimos, ha sido explicado y racionalizado hasta el punto de lograr la aceptación de todos sus habitantes (si no contamos a esos estúpidos detractores que dicen que la Tierra es redonda ¬¬).

Pero la pregunta ¿dónde estamos? ha tenido muchas y muy variadas respuestas, ya que, como muchos experimentáis en estas fechas, cuando uno no sabe algo, se lo inventa. Y si hay algo que no le ha faltado al hombre en cinco mil años de historia es imaginación.


Casi todas las civilizaciones, en cualquier momento de la Historia, atribuyen el comienzo del mundo a la obra de uno o más dioses. Pero cada una tenía su propia forma de verlo.


Los prácticos



Algunos, como los sumerios y los akkadios, lo tenían muy claro: vivían en un continente entre dos mares. Las montañas sujetaban el cielo, y éste a su vez contenía las aguas que estaban sobre él, y que provocaban las lluvias. Bajo la tierra estaba, por supuesto, el inframundo, del que hablaremos otro día, y más abajo aún, más agua (el origen de los dos mares).


Los creyentes


Los hay que creen que los dioses hacen algo más que largarse a vivir la eternidad después de crear el mundo. Literalmente. Los egipcios creían que Ra, el dios del Sol, había enviado a sus cuatro hijos a formar el universo. Así, Shu, dios del aire y de la luz, se sienta sobre Geb, que se convirtió en dios de la Tierra. Shu levanta en sus brazos a Nut, su hermana, la diosa del cielo. Y la cuarta, pero no por ello menos importante (de hecho, la representan repetida en la imagen), es Tefnut, la humedad, personificación del rocío que da la vida (y de las inundaciones del Nilo, que hacen que sus márgenes sean cultivables).


Los creativos


Y para terminar, los que no han puesto traba ninguna a sus mentes para dar respuesta a esa angustiosa pregunta. Entre ellos, los hindúes me asombran de forma particular. Por favor, fijaos bien en el dibujo. El mundo, plano, descansaba sobre los lomos de cuatro elefantes. Éstos, a su vez, se apoyaban en una tortuga inmensa, y ésta, según versiones, o nadaba en un mar infinito (algunos dicen que de leche), o caminaba eternamente por el costado de una serpiente que se mordía la cola (hmm... el caso es que me recuerda a algo...).


Estas tres teorías son sólo un intento de generalizar las hipótesis de la creación del mundo que he encontrado. Y las culturas que he utilizado como ejemplos no son, ni de lejos, las únicas representantes de cada grupo. ¿Qué os parece? ¿Sabéis de alguna otra?


ACTUALIZACIÓN (9/2/2007):

Hay una hipótesis de la que no he hablado (al menos en exclusiva) y es que en Europa, todo el mundo pensaba que la Tierra era plana. Es también una forma interesante de verlo, pero quedaba medio dicho en el último apartado del post (además, está muy bien que la Tierra sea plana, pero ¿quién la sujeta? ¡De eso nunca hablaron los griegos! ¬¬).


El caso es que buscando en Google, me he tropezado con un documento que no puede faltar (rigor académico ante todo) en una investigación que se precie sobre este tema. El documento es la transcripción de una charla de Alejandro Dolina, escritor y locutor argentino. Y no tiene desperdicio.

Como muestra, un botón.

[...] "Algunos pensaron que la Tierra era un rectángulo, y hubo también quienes creyeron que la Tierra era hueca, con agujeros de acceso por los polos y que adentro había otro sol que alumbraba a humanidades interiores que vivían por acá cerca, pero dando toda la vuelta y con la cabeza pa'l otro lado, en el interior de la Tierra, como quien vive..., como las semillas de un zapallo, así... así se vería." [...]