DISCLAIMER:
Esto no es una reseña de "Los muertos", la novela. He leído varias, y he llegado a la conclusión de que no se puede elaborar una sin desvelar la mitad del libro. Y bueno, como tengo que hacer una recomendación como sea, porque me ha flipado, la única forma que se me ocurre es ésta: haciendo una reseña de la presentación de la novela. Pinchen en el título del post para verlo entero. Que lo disfruten :)
Fue como encontrarme con un viejo conocido, aunque la primera vez que le vi fue en uno de los trailers del libro, hace unos días. Todo el mundo le saludaba y hablaba con él. La librería era demasiado pequeña, y todos los asistentes parecían ser amigos que hacía tiempo que no veía. Borja y Forfy me empujaban para que le saludara y yo, simplemente, no veía el momento.
Aunque a lo mejor estaba siendo víctima otra vez de la timidez hacia lo admirado*, y por eso no me atrevía a acercarme. No sólo tengo un recuerdo muy envolvente de "Australia. Un viaje", sino que era de los pocos asistentes que ya había leído "Los Muertos" y que, por tanto, era inmune a los spoilers que rondaron por la presentación. Decidí llegar al libro sabiendo lo mínimo posible (que existía, algo de un tipo que aparece en un callejón, y que Juanma había publicado varios posts con vídeos que no vi), y lo he disfrutado como una cría.
El caso es que, volviendo a mi indecisión para abordarle, mi táctica fue ponerme lo más cerca posible de él (a un par de personas, quizá tres, de distancia) y, cuando miró en mi dirección, saludar con la mano. Se dio por aludido, y me sentí con algo más de derecho para trinchar la masa de gente que nos separaba y darle dos besos. Me identifiqué como "amiga de" (dos palabras que te dejan vía libre de comunicación con el talento si van seguidas de "Juanma Sincriterio"), cruzamos un par de frases, le presenté a mis acompañantes (no recuerdo sus palabras exactas, pero hizo alusión al grupo de titanes del que orgullosamente formamos parte, con sede, por mayoría de miembros, en Barcelona), y le dejamos que empezara con el espectáculo.
Aunque en un principio la elección de autores-presentadores parecía curiosa, Jorge Carrión, autor de "Los Muertos", lo tenía todo pensado. Bueno, casi todo. El caso es que eso era parte del plan. Primero habló Isaac Rosa, uno de esos "neoluditas" que aparecen cuando menos te lo esperas. Había leído el libro, y había visto referentes a... no sé, a muchas cosas. A cosas que seguramente están ahí (y que no voy a decir porque seguramente, de un modo un poco retorcido, revelan parte de la trama), pero que a mí, como buena tecnófila que ha abrazado sin tapujos el mundo digital, me han quedado en un discreto segundo plano. Porque luego, señores, luego estaba Jordi Costa. ÉL. El que ha hecho que Forfy salga de su bloqueo bloguero (una semana después de asegurar que, esta vez sí, cerraba el blog de forma definitiva). Dejando entrever conocimientos desmedidos sobre la cultura de derribo, pero sin apabullar (una suerte de Víctor ShangChi, ametralladora PoP enorme y entrañable, digievolucionado), habló de Lost, del Prisionero, de Frederic Brown y de "Los Arquitectos del Miedo" (un capítulo de "The Outer Limits"). Habló de los Soprano, de Dexter, de Blade Runner... y todo dando la sensación de estar pasando por encima, de no querer enredarse, de que podría estar horas sacando referencias de la chistera, comentándolas con quien quisiera tomarse algo con él**. Y no sé si es porque conocíamos casi todas las referencias que mencionó, o porque nos daba una sensación muy familiar (se parecía físicamente a Maese Higronauta... o quizá llevamos mucho tiempo sin vernos, maese, tenemos que solucionar eso), el caso es que su parte se nos hizo cortísima.
Algo que me costará perdonarles a ambos*** es que reventaran la mitad del libro. Todo el mundo debería tener derecho, al menos la primera vez, a leerlo sin estar condicionado, a descubrirlo despacio. A sentirse como dijo Jordi Costa que te sientes al acabarlo, y no saber definir el sentimiento ni por qué está ahí, y luego compartirlo y confirmar que era la intención. A descubrir el porqué de esa estructura tan rara en el índice, a paladear (con calma y alguna que otra relectura) las partes que para Isaac Rosa son engorrosas y a veces autoexplicativas. No sé. Es difícil hablar del libro sin spoilers, y hay que tener cuidado, como digo, con reseñas y entrevistas al autor (el entrevistador tiende a revelar más de lo que debería).
Acabada la presentación, y después de un amago silencioso de turno de preguntas, la gente se levantó, y ésa fue nuestra señal para acercarnos a la mesa de los autores. Esperamos nuestro turno para la firma, quedándonos en último lugar a propósito. Fui con mi ejemplar (regalo sorpresa de Forfy) muy orgullosa, y cuando le dije que tenía Australia también firmado (regalo sorpresa de mr. Sincriterio), me dijo que recordaba haberlo dedicado. Se me metió en el bolsillo con eso. Luego fue Forfy, con un ejemplar de "La piel de La Boca" para él y otro de "Los Muertos" para "un amigo que está en un cliffhanger un poco chungo, pero que espero que sus guionistas le den una siguiente temporada gloriosa" (regalo sorpresa para Borja). Borja vino el último, con "Australia" dedicado por nosotros, y una historia: en su viaje por las antípodas, tomó el libro como un diario de viaje que, en lugar de escribir, lees cada noche. Lo único vergonzoso fue que había leído millones de veces las dedicatorias que le escribimos (un día que, por supuesto, yo estaba menos inspirada de lo normal).
Dejamos libre a Carrión, para que se tomara un vino tranquilo, y a Forfy, para que, ejemplar de "Vida Mostrenca" en mano, fuera a la caza de un Jordi Costa que pululaba por allí con la guardia baja, con la seguridad de que ese día la cosa no iba con él. Craso error. En un momento de mirar al techo, Forfy le interceptó. Sin saber qué decir, sonrió y le enseñó el libro. Pudo, en última instancia, murmurar un "Jordi... ehm... esto es terrorismo pero... melofirmasporfavor?" que, seguido de ojitos de fan, empujó al autor a sentarse y a ejercer de ídolo freak. Cuando vi que Forfy se había quedado mudo de la emoción, mirando cómo le dibujaba un dinosaurio (o algo), intervine: "Le has hecho volver a escribir, con ese libro" "¿Cómo dices?" "En su blog, que lo tenía parado desde hace un tiempo. Ha sido leerte y volver a escribir él." Miró a Forfy, que asentía, aún sonriente. "¿En serio? ¡Me alegro muchísimo!". Y Forfy, al fin, empezó a hablar. Mientras Borja y yo maquinábamos un posible regalo de cumpleaños, hablaron del bloqueo del escritor, de "Los Muertos", de "Vida Mostrenca", de iberlibro y de otras cosas que no escuché. Sólo sé que mi acompañante volvió y estaba en una nube. "Me ha pedido el blog...", repetía, "Jordi Costa me ha pedido la dirección del blog..."
Ya era tarde y estábamos lejos de casa, así que pensamos en ir recogiendo. La despedida con Jorge Carrión fue una promesa de unas medianas en el Saló del Cómic, si conseguía estar por allí este año. La de Jordi Costa fue un "leer tu libro fue como si me dieras en la cabeza con un palo" (y él se alegró mucho de que sus libros sirvieran para eso).
Salimos de allí, comentando lo bien que había ido todo y lo guay que había sido contarle lo de Australia, y poniendo en común las dedicatorias. Forfy, de cuando en cuando, miraba al infinito y decía: "jo, estoy por escribir una entrada en modo superfan, para que ÉL la lea", y se le quedaba la sonrisa grapada a la cara. En cuanto tuvimos cobertura, mandamos un sms a Juanma, a modo de teaser. Juanma, pensábamos escribirte al llegar a casa, de verdad de la buena, pero te adelantaste :P Nos llamó para que se lo contáramos todo, y eso fue lo que hicimos, entre risitas de fan y promesas de quedar, que ya les echo mucho de menos. Mola mucho tener amigos tan geniales. En serio.
Les dejo con un documento gráfico casual de Forfy en su momento fan. Porque claro, esto NO es como las Crepusculocas con Edward Cullen. Nonono, es TOTALMENTE distinto, dónde va a parar... ¬¬
*.- tema que trataré en otro post, y que alcanza su máxima expresión en cierta noche pre-Saló en Sants.
**.- este tipo de especímenes muestran su verdadera genialidad, sin duda, en las distancias cortas. Tomar una caña con el ya mencionado Víctor es toda una lección de vida (yo grabaría todas las conversaciones para tomar notas luego... de hecho, de ahí salió MNRZ en su momento). Si quieren descubrir si tienen un amigo así, hagan la prueba: llévenle de cañas un día que tenga toda la tarde libre (esto es importante, sin límite de tiempo). Una vez en el bar, comience a hablar, como quien no quiere la cosa, de lo que sea. Da igual. Si después de media hora (como mucho) usted ya ha estado tentado de sacar un boli para apuntar en una servilleta datos que él le está dando (películas, grupos de música, cómics, series... lo que sea), está en buen camino. Si diez minutos después ya ha desistido, aceptando que esa persona debe tener una máquina del tiempo en casa para poder saber TANTO, enhorabuena: está usted ante un PoPMachineGun.
***.- ahora que ya he visto el percal en otras reseñas (es que vaya tela, señores) no me parece tan grave, pero en ese momento estuve por hacer un cartelito que pusiera SPOILER, ponerme al lado de la mesa de los autores, y sacarlo cuando la ocasión lo requiriese.