17.2.09

Trenes

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Hacía mucho que no hablaba con mi hermana. La veo animada, y eso me gusta, porque significa que ahora se siente más cómoda en su nueva carrera. Tres intentos, hasta que ha llegado a lo que realmente le gusta. Me asombra que siga teniendo ganas de volver a empezar cada vez.

Se hace tarde, pero no quiero dejar de hablar con ella. Me sonríe, y le digo que le acompaño en tren. Creía que iba en autobús, pero bueno, si dice tren, a mí me parece perfecto. Puedo llegar al trabajo igualmente. Llegamos a la estación, muy cerca de casa, y nos montamos. No es casi nada, me bajo en la siguiente, pero me gusta verla tan feliz.

Una mano puesta sobre la puerta del tren, para no caerme, y la otra agarrando "Buenos Presagios". Llegamos enseguida a la parada siguiente. Vamos un poco deprisa; seguramente al frenar me pasaré de las escaleras. Entramos en la estación, y el tren no baja de velocidad. Miro a todas partes. Mi hermana ha encontrado a sus compañeros de clase, y charla con ellos. El tren no para. Pulso el botón de apertura varias veces. El tren deja atrás la estación como si no hubiera estado ahí.

Bueno, no pasa nada. Queda un poco más para la siguiente estación en la que puedo hacer transbordo. Recuerdo lo que un amigo dijo de los pequeños placeres de la vida, y pienso que no hay nada como el tren para leer a Terry Pratchett y empezar bien el día. Así que me siento y, antes de leer, me pongo a mirar por la ventanilla del tren. Un día precioso. Cielo azulísimo, un poco de frío, edificios altos... hum... ¿edificios altos? No hemos parado ni una sola vez, no puede ser.

Y, antes de que pueda pensar qué está pasando, llega mi parada. La parada que debería ser la de más del 70% de los pasajeros del tren. Y el tren sigue su recorrido como si estuviéramos pasando por un campo de amapolas. Miro a todas partes, mientras cruzamos la enorme estación. Nadie se extraña, nadie lo ve raro. Mi hermana se ríe de algo que ha dicho uno de sus amigos. Voy a llegar tarde, voy a llegar tarde... ¿Qué está pasando?

Unas notas musicales. Una voz femenina poco después: "Próxima parada..."

Y ahí me desperté, agobiada por llegar tarde al trabajo por culpa de un tren que no para nunca. Espero que el destino, aunque esté lejos, merezca la pena.


Imagen cortesía de Stewie, de Y me quedé esperando al tren...



pd.- No es el único... hum... "mensaje" que me ha llegado de mi parte inconsciente diciendo que mi vida va a cambiar (o que tendría que hacerlo, más bien), después ha habido otro par de ellos (y creo que leer un libro sobre el Apocalipsis tampoco ayuda a cambiar de tema). Pero con estas cosas me pasa siempre lo mismo: soy la última en enterarme.

14.2.09

Mind your heads...

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... remodelación de la plantilla. Blogger no me deja guardar mi nueva plantilla supermolona y está haciendo cosas raras. En cuanto se le pase el berrinche, volveremos a estar operativos. Signifique eso lo que signifique.

[Actualización 14:00h]
Prueba superada... con reservas. El enlace de "Seguir leyendo..." no sale en algunos de los posts anteriores, pero en otros sí. En el caso de que sepan que ese post está cortado y lo quieran leer entero, les recomiendo que pinchen en el título hasta que apañe una solución. Ahh, la aleatoriedad de la tecnología...

5.2.09

Can't stop the signal

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Todo está oscuro... pero escucho algo. Estoy muy cansado, y llegan los sonidos amortiguados, como si estuviera debajo del agua. Primero no siento nada. Luego, el sonido rítmico se mete en mi cerebro. Dum, dum, dum, dum... Creo que son mis propios latidos. Pasan los minutos, y siento cómo mi cuerpo, aún medio dormido, reacciona poco a poco al ritmo que está dentro de mí. Aún no puedo moverme, estoy cansadísimo. Pero es agradable sentir la vida recorriéndome de nuevo. Dum, dum, dum...

Con cuidado, me decido a despertar. Hay una luz amarillenta que me hace daño. Tardo un poco en acostumbrarme, pero pronto puedo ver que la luz no es tan fuerte. Hay otra lámpara encendida en la habitación. Ella está leyendo, y una pelusa mira fotos microscópicas en la mesilla de noche. Por alguna razón, siento que les he echado de menos.


Al fin, ella mira hacia mí. Se le abren mucho los ojos, y deja el libro a su lado, sin marcar la página por la que iba. La pelusa también me mira. Yo sonrío todo lo que puedo, pero me cuesta muchísimo.

- ¡Oh! Pero estás... ¡estás despierto! ¡Estás despierto! ¡Chuku!
- Hola...
- ¡Hola! - ella se ríe, soltando una lagrimita. Siempre ha sido muy emocional, pero no es para tanto... ¿no? - ¿Qué tal estás? ¿Estás bien?
- Bueno... estoy cansado... creo que no he dormido bien.
- No digas eso, ¡dormir es lo único que has hecho todo este tiempo! No sabíamos que hibernaras, menudo susto nos has dado.
- Pero yo no hiberno... ¿Qué ha pasado?

Los dos se ríen otra vez. Me encanta que estén tan contentos. Me siento un poco mejor.

- Te vamos a dejar descansar, ¿vale? Quiero que estés bien.
- Sí, además, ¡tenemos un montón de cosas que contarte!
- ¿Pero por qué? Quiero saberlas ahora... ya no estoy tan cansado. ¿Me he perdido algo?

Se miran, y veo que saben algo que no me va a gustar.

- Bueno, sí te has perdido algo. Llevas dormido un tiempo. ¿No te acuerdas de lo que pasó?
- Me estás asustando...
- Hubo... hubo un virus. El Invierno Nuclear, le llamaron. Afectó a verdaderos titanes, y tú te debilitaste mucho. Todos dormíais. Pensamos... pero ya no importa lo que pensáramos, porque estás de vuelta, y todo es estupendo.

Invierno Nuclear... me duele un poco la cabeza, pero quiero oírlo. Chuku ha bajado las luces porque ha visto que me molestaban, y ahora estamos en penumbra.

- ¿Pero qué ha pasado? ¿Cuánto tiempo llevo así?
- Unos... cuatro meses, un poco más.
- ¡¿Qué?!
- ¡Pero te hemos estado cuidando todo el rato!
- Sí, aunque ahora que te veo... vamos a tener que arreglarte un poco. Llevas demasiado tiempo con esas pintas, y Roald Dahl mola, pero tampoco hay que pasarse.
- ¿Llevo cuatro meses dormido?
- Más o menos, sí.
- Pero... ¡me he tenido que perder un millón de cosas! ¡Las navidades! ¡Las páginas estúpidas! ¡Las recetas nuevas! ¡Los cuentos! ¿Has escrito algún cuento nuevo? No puede ser...

Todo este tiempo, y yo dormido. Qué fuerte. Menos mal que estoy demasiado cansado como para ponerme nervioso. Ella me sonríe, para que no me preocupe.

- Ssssh, tranquiiiiilo. No te has perdido tantas cosas, la verdad. Bueno, algunas sí, pero ahora mismo te ponemos al día. Además, ¡despiertas en el mejor momento!

Cuatro meses, qué increíble. Podría haberse acabado el mundo en este tiempo. Podría haber sido invadido por extraterrestres que se comunicaran por telepatía. Podría haber explotado una bomba de electrones que inutilizara los aparatos tecnológicos y borrara del mapa el ciberespacio. Qué espanto.

- ¿Por qué pones esa cara? ¿Estás bien?
- Sí, sí, lo siento. Contadme, por favor. ¿Ha pasado algo malo?
- No, malo no... Vamos, no me acuerdo de ninguna cosa mala, mala. Todo sigue en su sitio, y además han pasado muchas cosas buenas.
- Síííí, ¿sabes qué? No ha hecho falta que viajáramos estas navidades. ¡Ha nevado aquí!
- ¿En serio?
- Un montón, además. Nunca habíamos visto tanta nieve aquí, ¿verdad?
- Sí, así que por viajes no te preocupes, que aún no hemos hecho ninguno. Aunque hemos tenido una visita muy especial.
- Jo, eso sí que fue genial. Visita sorpresa, bueno, realmente la sorpresa fue 4/5 de la visita, pero que fue guay. Y estuvimos haciendo de anfitriones en Madrid, y encontramos bares de tapas, y un kebab secreto superrico, y la "operación madalena", y... ¡muy divertido todo!

Están emocionados. Chuku baila a mi lado, encima de la mesa, diciendo "danger, danger!", y está muy gracioso. Ella sonríe. Qué lástima habérmelo perdido...

- Han pasado más cosas: los Reyes Magos vinieron con unos micrófonos bajo el brazo, he estado un poco estresada con prácticas y exámenes (pero ya ha pasado todo)... no sé, muchas cosas.
- ¿Sabes qué me ha contado? Que tienen una tetera en el despacho, y un montón de tés distintos. Y se ponen todos, a la hora del té, alrededor de la mesa que está más cerca de ella, y eligen tés de sabores ricos, y a veces tienen chucherías y cereales y todo.

Se van pisando las noticias. Cosas que han pasado, cosas que han hecho, libros, planes, eventos... Es genial que todo vaya bien. Es más genial que tengan ganas de compartir todo esto conmigo. No tengo la sensación de que haya pasado el tiempo, pero creo que les he echado mucho de menos.

- Y ahora, una sorpresa.
- ¿Otra más?
- Ésta te va a gustar. Tengo algo que enseñarte. Un nuevo amigo.
- Veamos, entonces. ¿Seguro que me va a gustar?
- Seguro.



Me alegro de estar de vuelta.


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Estos días habrá cambios en la plantilla y alguna que otra reestructuración de contenidos, pero vamos, por lo demás, espero que esto siga casi igual que siempre. Gracias a Kalimero por intentar despertarnos, y a todos los que nos han echado de menos en algún momento. Can't stop the signal!