Tiempos Olvidados (I): El Volcán
En una antigua civilización de la que ya no se tiene memoria, un consejero anciano y casi ciego convirtió uno de los templos de la capital, que estaba en la cima de una pequeña montaña, en una gran biblioteca. Tal decisión respondía a una necesidad: almacenar todos los conocimientos de su cultura en un enorme edificio, para que perduraran a través de los siglos.
Una vez terminaron la colosal obra, la diosa a la que estaba consagrado el templo montó en cólera, y descargó su ira sin piedad contra el pueblo que había profanado su hogar. La tierra temblaba de miedo; el sol se escondió despavorido. El anciano, ante esta masacre, entró en el edificio y levantó la cabeza hacia el cielo, que se veía a través del techo derruido.
- ¡Ibhsaya! ¡Ibhsaya, yo te invoco!
Todo se detuvo. Por un segundo, el tiempo dejó de existir.
Poco a poco, el consejero notó una calidez rodeándole. La diosa le estaba observando. Y estaba enfadada.
- ¿Tú? – dijo, incrédula – ¿Cómo te atreves, inmundo mortal, a reclamar mi presencia después de lo que has hecho?
- Ibhsaya, la adorada, la que aleja los males de la mente, quiero saber la razón de tu castigo.
- Tú y tu pueblo mediocre merecéis diez veces diez castigos como éste. Me habéis menospreciado. Habéis decidido que no necesitáis mi ayuda, puesto que mi hogar, mi sagrada casa, se usa como un vulgar almacén.
- ¿Cómo puedes hablar con tanto odio, oh adorada? Ninguno de los dioses tiene ofrendas de tanto valor como éstas.
- Aquí sólo hay montones de tablillas.
- Nuestro fin está cerca. Lo dicen los sacerdotes de las estrellas. En estas tablillas te confiamos todo lo que hemos llegado a ser hasta ahora. Eres nuestra única esperanza para protegerlo, hasta que nuestros descendientes quieran recordar.
La diosa calló. Parecía meditar la propuesta del anciano. Y éste obtuvo una respuesta.
- Me halagan vuestras palabras, consejero. Te creeré, por ahora. Estos libros se quedarán en mi seno, y los protegeré esperando la vuelta de los hijos de tus hijos.
La diosa cumplió su palabra, a pesar de su arrebato inicial. A día de hoy, el templo está oculto bajo la forma de un viejo volcán ya consumido, y se ha creado una especie de tradición: cada persona que vaya allí tiene que tirar un libro a la boca del volcán. Sólo uno en su vida. Y así permanecerá en el recuerdo para siempre.
7 comentarios :
Como bibliotecario que soy... sólo te puedo dar las gracias.
Bueno, eso y que mejor que tirar libros a un volcán me los deís a mi. :)~
Saludos.
Yo no tiraría un libro a un volcán, pero un panfleto político o una revista de publicidad sí. ¿Valdría?
En cuanto a la historía, me parece de lo más hermosa, pues recoge el sentir de un pueblo cuyos conocimientos en un principio no son valorados como debieran. A esa Diosa yo ya le he puesto cara, nombre y apellidos, aunque hay un sin fin de posibilidades.
Saludos desde el aire.
Que bonito esto de tomarse "vacaciones" y empezar a leer lo que han hecho otros ;)
Genial la historia y muy apropiado el nuevo diseño! A ver que nos depara este viaje a los tiempos olvidados y a ver por donde nos lleva tu navio!
:*! :D
Uo!!!!
Te ha quedado genial el diseño!! Me gusta mucho, y también este inicio tan misterioso... ;)
Aunque a mí me intriga más si saldrá mi superhombre en el especial, ains! :D
Besitos!!
We! Ya estoy aquí! :D
Roski: De nada!! :D A ver si te gusta cómo avanza esto... en breve, la segunda entrada de este ciclo :P
Pd.- tomaré en cuenta lo del volcán... pero hombre, está apagado y tal, jo... qué desperdicio.
Atuaire: Imagínate que se recuerda para siempre el careto del tipo de Mediamarkt... aggg!!! :S (aunque tengo que decir que, pese al repelús, me resulta extrañamente familiar, y no sabría decir por qué... qué miedo).
La gente está más acostumbrada a regalos caros que a regalos valiosos.
Forfy: Hola!! :D Me alegro de que te guste, a ver si sale algo con nivel de esto... Bienvenido al viaje! :)
:*! ^^!!
Estrella: Wow, qué bien! :D jo, es genial que os guste a todos! :D Tu superhombre seguramente salga (es inevitable no sacarle en este tema xDD)
:******!!
Que preciosidad de historia!! aunque a mi eso de tirar libros al buen tun-tun...¿y no sería mejor llamar a Ikea y que pongan un par de estanterías curiosas por dentro del volcán? más que nada porque esté todo un poco más colocadito y sin estropear (yo al menos cuando me arrugan un libro mio corre la sangre).Total, si hay casas ubicadas en cuevas no va a poder hacerse una en un volcán...¡más metros cuadrados! con lo cara que está la vivienda ahora...
Y me reitero con la decoración (que me provoca uno de mis mega-flashbacks y me lleva a los tiempos en los que echaban los dibujos de "Erase una vez las américas" x la tele). Está precioso! ^_^
Muases cogoteros ;)
Yo creo que habría tortas por un puesto de bibliotecario en el volcancito. Así como te lo digo. No tendrías adolescentes incordiantes pululando por allí, y encima te sale ahí abajo un pisito divino. ¡Podrías salir en pijama a hacer tu trabajo! (total, quién va a bajar a un volcán a leer?). Y todo a cambio de recoger los libros que la gente va tirando (inconscientes ¬¬) al cráter en cuestión. Un lujo ^^
Lo único, el cartero, o el pizzero cuando venga con la cena. Pero vamos, son dificultades mínimas :P
:D! Me alegro de que te guste, pequeña! Casi todo es obra del encargado de diseño de Webmissstresss (que por no estudiar hace lo que sea ¬¬). A que ha quedao chulo?? ^^
:******************!!!
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