8.3.08

Su versión de los hechos

Hace ya tiempo recopilé algunas versiones del cuento de Caperucita (puedes ver la mía y un enlace al tema en la columna de la derecha), y me sorprendió ver que incluso los Looney Tunes tenían su propia idea de la historia (con lobito amnésico y todo xD).

Y me encontré con Cuentos en verso para niños perversos, y fue demasiado tentador como para resistirse. Rimas absolutamente pegadizas, con geniales ilustraciones de Quentin Blake (que tendrá su rinconcito aquí) y ese regusto raro que dejan siempre las historias de Roald Dahl, que no es miedo, ni pena, pero... Y además, la traducción de los cuentos (a cargo de Miguel Azaola) parece hecha a medida para leerla a los pequeños de la casa. Aunque depende de ti que quieran conocer a esta Caperucita...



CAPERUCITA ROJA Y EL LOBO

Estando una mañana haciendo el bobo
le entró un hambre espantosa al Señor Lobo,
así que, para echarse algo a la muela,
se fue corriendo a casa de la Abuela.
“¿Puedo pasar, señora?” , preguntó.
La pobre anciana, al verlo, se asustó
pensando: “¡Éste me come de un bocado!”.
Y, claro, no se había equivocado:
se convirtió la Abuela en alimento
en menos tiempo del que aquí te cuento.
Lo malo es que era flaca y tan huesuda
que al Lobo no le fue de gran ayuda:
“Sigo teniendo un hambre aterradora...
¡Tendré que merendarme otra señora!“.
Y, al no encontrar ninguna en la nevera,
gruñó con impaciencia aquella fiera:
“¡Esperaré sentado hasta que vuelva
Caperucita Roja de la Selva!”
que así llamaba al Bosque la alimaña,
creyéndose en Brasil y no en España .
Y porque no se viera su fiereza,
se disfrazó de abuela con presteza,
se dio laca en las uñas y en el pelo,
se puso la gran falda gris de vuelo,
zapatos, sombrerito, una chaqueta
y se sentó en espera de la nieta.

Llegó por fin Caperu a mediodía
y dijo: “¿Cómo estás, abuela mía?
Por cierto, ¡me impresionan tus orejas!”.
“Para mejor oírte, que las viejas
somos un poco sordas”. “¡Abuelita,
qué ojos tan grandes tienes!”. “Claro, hijita,
son las lentillas nuevas que me ha puesto
para que pueda verte Don Ernesto
el oculista”, dijo el animal
mirándola con gesto angelical
mientras se le ocurría que la chica
iba a saberle mil veces más rica
que el rancho precedente. De repente
Caperucita dijo: “¡Qué imponente
abrigo de piel llevas este invierno!”.
El Lobo, estupefacto, dijo: “¡Un cuerno!
0 no sabes el cuento o tú me mientes:
¡Ahora te toca hablarme de mis dientes!
'¿Me estás tomando el pelo ... ? Oye, mocosa,
te comeré ahora mismo y a otra cosa”.
Pero ella se sentó en un canapé
y se sacó un revólver del corsé,
con calma apuntó bien a la cabeza
y ¡pam! alli cayó la buena pieza.

Al poco tiempo vi a Caperucita
cruzando por el Bosque... ¡Pobrecita!
¿Sabéis lo que llevaba la infeliz?
Pues nada menos que un sobrepelliz
que a mí me pareció de piel de un lobo
que estuvo una mañana haciendo el bobo.

3 comentarios :

  1. estrella dijo...

    O.O ¡Una Caperucita a lo Tarantino!

    Jo, me ha encantado, y la traducción desde luego tiene mucho mérito :)

    Por otro lado, lo de Quentin Blake me ha recordado que mi primer libro (o al menos el primero que leí yo solita) estaba ilustrado por él, y me pasaba horas y horas mirando los dibujos. Y ahora que lo pienso, también era en verso :)

  2. Estrellita Mutante dijo...

    Qué maravilla!, tengo que conseguir ya mismo ese libro.

  3. saricchiella dijo...

    Estrella: No lo había visto así, pero tienes razón xD

    Este cuento no es el único tarantiniano que tiene este hombre, y por supuesto no es el único que va a salir por aquí (ese libro es una mina).

    :*!!

    pd.- por cierto, pronto hablaré de Quentin Blake, pero tu libro me ha encantado! :D


    Estrellita Mutante: No te va a defraudar, ya verás :) Y tengo algún que otro as en la manga que creo que también te va a gustar...