Viajes con pelusa: Cudillero

Hola! :D Al fin, Saricchiella ha tenido tiempo de deshacer la maleta y me ha sacado del neceser. Que vacaciones, lo que se dice vacaciones, no tendrá, pero desde que leyó el proyecto no ha pasado un solo fin de semana en casa... Os contaré los viajes que se ha hecho la pobre cucarachita, que, a día de hoy, odia oficialmente a una de sus dueñas.

La valiente Cucarachita Plateada posa con la brisa marina ondeando su antena de la radio
Empecemos por el final. Cosas que hemos aprendido en... Cudillero.


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- Primero, y ante todo, no os fiéis NUNCA por completo de un GPS. La mujer que os habla no siempre sabe más que vosotros sobre dónde vais, y es probable que, si crees que te está llevando en dirección contraria, te ESTÉ llevando en dirección contraria. Ahorraré los detalles, pero nosotros queríamos ir a una calle de Cudillero, y la amable señorita nos dijo las míticas palabras ("Ha llegado a su destino") en medio de una montaña con frondosa vegetación, en una carretera camino de cabras de doble sentido que era demasiado estrecho para un solo coche. Y con un acompañante aterrorizado, por cierto (demasiadas películas de asesinatos en bosques y tal). Aquí el camino en cuestión. Nosotros seguimos más allá de Troncedo, por si alguno se lo pregunta...


A la izquierda, el camino (y la antena de GPS, cómplice del intento de perdernos).
A la derecha, un recuerdo de la (única) señalización del trayecto.
- Los viajes no se hacen tan largos si llevas la música adecuada para cada ocasión. ¿Qué mejor banda sonora para los campos de Castilla que un buen recopilatorio country? A pesar de haber conocido, en mi condición de pelusa viajante, a tejanos de sombrero y espuelas, ha sido ahora cuando he descubierto a grandes como Dolly Parton o Johnny Cash (looof... is a bornin fleeeeiimm...), y a otros quizá menos conocidos como Rodney Atkins (y su visión del amaraliano tema de los amigos) o Charlie Daniel's Band y su "Devil went down to Georgia", un favorito personal de Saricchiella desde este vídeo:


- La paradoja del viaje: es casi imposible comerse todo lo que un asturiano te pone en un menú, pero es casi inmoral dejarlo en el plato. Como en Viena, me alegré de ser una pelusa. El perol "individual" con tres raciones de crema de verduras estaría muy bien para un bañito revitalizante de la piel y tal, pero de primer plato... y en la cena...

- Cuidado con los baños de los hostales. Los amigos que nos esperaban allí atestiguan que las habitaciones aprovechaban el momento en que se duchaban para cumplir su sueño secreto: convertirse en piscina. Aún no saben cómo un simple descuido (dejarse la cortinilla por fuera de la bañera) pudo acabar con el cuarto entero inundado a la altura del tobillo. Quizá por eso (y por la bronca límite que mantuvo uno de estos amigos nuestros con el dueño del hostal) nuestra habitación tenía ducha con mampara.


A esto aspira toda habitación de hostal que se precie.
- Cudillero tiene, incluso, idioma propio: el pixueto (un señor está haciendo un diccionario y todo). No oímos a mucha gente hablarlo, creo, aunque a las cajeras del Alimerka se les entendía bastante poco a veces...


¡Hola, Alimerkita! ^^
- Medio día de playa también da para ponerse moreno!! :D en mi caso, para ponerse coloradito.


- Y, para terminar, algo que seguro que sabéis: el mundo es un pañuelo, y más cuando se está de vacaciones. Paseando por un puerto lleno de turistas nos encontramos inesperadamente con unos familiares de Saricchiella. Lo gracioso es que estos familiares, antes de que nos vieran, nos hicieron una foto sin querer. Y lo mejor de todo es que es la mejor foto que tenemos los tres juntos del viaje. Nada menos que nuestro primer robado! :D


¿Cómo? ¿No nos veis bien? No pasa nada, hacemos un pequeño zoom a la foto y...


Así mejor ^^ Es lo que pasa cuando se pasea con un personaje público de la talla de nuestro misterioso acompañante, que tarde o temprano tenía que pasar...

Hasta el próximo viaje! :D